Nº de páginas: 302.
Medidas: 14 cm x 21 cm.
Cubierta: cartulina gráfica de 350 gr, 4+0 tintas, polipropileno mate una cara, UVI serigráfico reserva.
Papel interno: offset ahuesado de 80 gr, 1+1 tintas.
Tipo de encuadernación: Rústica, cosida con hilo vegetal.
ISBN: 978-958-44-4780-7
Precio: 12,50 €
La madrugada del 30 de abril del año 2000 en un aparcamiento de la ciudad de Los Ángeles, es encontrado el cuerpo sin vida y sin ojos de Rachel Hedtford, una mujer de treinta y un años. Lejos de parecer un caso aislado, esta muerte se conecta de manera macabra con una serie de asesinatos cometidos semanas atrás y que arrojan como responsable al mismo individuo. Jazz Harriett, la temperamental agente especial del FBI encargada del caso y obsesionada por atrapar al culpable, moviliza toda la fuerza policial de la ciudad, convirtiendo así la investigación en una carrera vertiginosa en la que sistemáticamente serán reveladas una a una las señales que un asesino en serie, excesivamente organizado y violento, va dejando a su paso. En un afán por desentrañar las intenciones y motivaciones ocultas de su asesino, Jazz descenderá hasta un infierno de cuestionamientos y dilemas personales que inevitablemente y a manera de revelación, harán emerger sus más oscuros instintos y sus más terribles temores.
David Tapia Martín (Zaragoza, 1982), es Licenciado en Diseño y Arte por la Escuela de Artes Aplicadas de Zaragoza y alterna desde hace varios años su labor profesional creativa con una pasión casi obsesiva por la literatura. Amante del cinema noir clásico y los expedientes judiciales. Confeso admirador de Michael Connelly y Ambrose Bierce, entre otros exponentes universales del género negro. Esta pasión por la literatura criminal y de corte policíaco lo ha llevado a emprender periódicos viajes a Estados Unidos para sentirse más cerca de sus fuentes y de esa manera alimentar su escritura, heredera directa de la gran tradición de la novela negra norteamericana. El rey del abismo, su primera novela publicada, recoge en prudentes dosis el dramatismo de James Ellroy, la sutileza en las imágenes de Raymond Chandler y el ritmo demoledor de Elmore Leonard.
¡corre la voz, soplón!
asociación brigada 21 